jueves, 14 de mayo de 2020

Sentarse en el polvo y mirarte

Aves en el silencio
Foto: Chuan Chusé Bielsa

SENTARSE EN EL POLVO Y MIRARTE

Fui feliz
cuando en silencio
te miraba,
y yo no lo sabía.

Vivir en tu mirada
es lo que deseo.

Me entrego a ti
después de tantos años
lejos de tus ojos.

Encontrar el camino es
saber que por mí mismo
no puedo hacer nada
(sufrir solamente).

No podemos añadir
a tu viento
ni el granito más pequeño
del más pequeño movimiento.

Cuando recuerdo lo que hice
en lo que yo llamaba vida,
me veo persiguiendo
eso que con locura ambicionaba
por el mundo;
al final volvía
derrotado, solitario,
a una casa vacía.

Pero constato:
fui feliz
cuando no hacía nada,
solo amarte,
mirando por tus ojos
calmos,
deseando lo que deseaba
tu corazón.

Si fuese joven,
si pudiese volver
al comienzo de los fracasos,
por la sed de los desiertos me iría
sin ningún miedo,
bebería cada día
el frescor de tu rostro,
tu agua viva;
¡ay!, así yo viviría.

Para eso, amor, existe
la vida,
para cubrirnos de heridas
que griten lo que somos
cuando nos vamos
lejos.

Miro esta alma,
veo abismos, deseos
machacados,
caminos borrados,
los cielos
tapiados,
la herida inmensa
que abrió tu ausencia.

Eso gané, saber
que soy tus ojos;
viendo
por tus pupilas
siempre encuentro
lo que siempre uno ha buscado,

eso gané, saber
que perderlo todo
en ti
es encontrar casa y reposo,
a uno mismo reencontrarse
después de viajar por el infierno,
al final
sentarse en el polvo
y contemplarte,

amándote
ascender a tu trono
y a tu gozo en las estrellas.

© Chuan Chusé Bielsa