martes, 23 de noviembre de 2010

Poesía en español 45

Fotografía de Juan Bielsa

Gata salvaje

Gata salvaje

Gata salvaje, viviendo
en el fin del mundo,
no conociste nunca
un eslabón de esclavo.
¿Cómo conseguiste
vivir siempre
bien lejos de lo falso?

Gata salvaje, no creíste
jamás en hombre alguno;
tu casa fue tu voluntad.
¿Cómo, sin amo,
siguiendo el aire,
queriendo libre tu destino,
viviste, luchaste?

Gata salvaje que retornas
cuando la tarde cae
o cuando el sol, rojo,
ya se ha ido,
que apareces de pronto, inesperada,
surgiendo del silencio,
o de horizontes de nieblas
o de fríos,
o de las viñas sin uvas,
o de los campos sin trigos
ni cebadas, o de crepúsculos
poéticos que el misterio dibuja,
o de yermos sin caminos,
o de noches sin lunas,
o de campos sin nombre, perdidos,
o tal vez de lo más profundo
de un mundo de bosques,
tal vez habiendo dormido
en casetas sin techo en las noches,
antiguas caseticas de pastores,
surgiendo como voz lejana
de un latir olvidado de mitos
y sueños de infancia,
de un recuerdo infinito
que habita en el centro del alma;
gata salvaje, ¿cómo, cómo
lograste guardar
siempre sin cadenas,
serena en el olvido,
envuelta en la paz
de tu inocencia
como el mayor
de los tesoros poseídos,
tu libertad?

Juan Bielsa

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Poesía en español. Jazz del silencio.

Fotografía de Juan Bielsa

Espiga al atardecer

Spiritual Jazz Band

Hoy
por la tarde,
sesión de jazz única,
con entrada libre y gratuita:
la brisa
actuará tocando el piano
de las espigas.
Acompañando
en la música,
alguna cardelina
y el Silencio infinito.
Esperamos la visita,
si Dios quiere,
de la sagrada Poesía
sobre los trigos.
No faltéis,
os esperamos, amigas,
amigos.

Juan Bielsa

martes, 16 de noviembre de 2010

Poesía en español 44

Fotografía de Juan Bielsa

Flores salvajes

Jardín de la vida

¿Cómo serán
las roseras celestes?

Infinita luz, tú que existes
sin dolor en el jardín
sin taca, dibuja
rosas altas, verdaderas.

¿Cómo serán las lluvias
más allá de estas lluvias?
¿Cómo las aguas sonarán,
danzando, sobre las callejuelas
y los campos en silencio?
¿Cómo serán
los prados más frescos?
¿Cómo los altos montes
irán subiendo
hacia otros cielos?
¿Cómo cantarán, rezando,
los pájaros en los bosques?

¿Cómo será vivir
en un vivir del corazón?
¿Cómo será
todo lo verdadero?

¿Cómo será un Dios bueno
que ame como un padre?
No te encontramos sobre la Tierra,
Amor, ¿dónde estabas?

Encontramos la materia aquí;
era un mal dios:
beneficiaba a los malos
y a los buenos castigaba.

¿Cómo serán los campos
sin lindes ni fronteras,
los horizontes sin escarnio,
los seres sin sufrimiento,
cómo será una libertad plena?

¿Cómo será
caminar por los caminos
sin más tristezas,
más allá de todo engaño?

¿Cómo serán los ríos
de los días sin más lágrimas,
cómo serán los mares
sin naufragios?

...

Dios bueno:
¿cómo serán las luminarias
de tu paraíso
para los ciegos, para los pobres,
para los que no encontraron esperanza
en estos hornos de fuego?

¿Cómo será la poesía
en una divina falsa
en la que el tiempo
sea eterno y el gozo nazca
desde dentro,
en la que la fantasía,
en luz mágica de tardada,
juegue sin deseos?

¿Cómo serán las almas
en flor sin más heladas?

¿Cómo se irán apagando los falsos
universos, las estrellas falsas,
cuando la gran Palabra del amor
sea pronunciada,
cuando amanezca una inmensa
compasión, cuando se desvele
en una buena vía
toda la confianza,
cuando ya sea vencida
toda muerte?

Contempla los mundos: no son más
que vochigas de matacía
tristes, deshinchadas;
los chilos de dolor de las pobres bestias
resonaron en estos infiernos
al alba o muriendo el día.

Las roseras, pansidas las rosas,
ya no son bonicas;
rosas sin edén sobre esta Tierra.
¡Oh ven, ven pronto,
Amor,
jardín de la vida!

Juan Bielsa

Nota.- Se han incluido en el poema "Jardín de la vida" algunas palabras de uso muy extendido en Aragón y que forman parte de mi lengua materna:

Roseras: rosales.
Taca: mancha.
Falsa: desván.
Luminaria: gran luz.
Tardada: Atardecer, y las horas inmediatas que lo preceden.
Vochiga: vejiga del cerdo una vez sacrificado, con la cual, una vez hinchada, jugaban los niños usándola como una pelota; esto último era algo usual, algo en cierto modo ritual en Aragón, que formaba parte del rito general que suponía la matanza del cerdo para todas las familias, el tradicional "mondongo".
Matacía: matanza del cerdo.
Chilos: chillidos, gritos.
Pansidas: secas, marchitas.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Seres queridos

Almendreras tras las lluvias

Almendreras tras las lluvias

Ofrenda de frutos de otoño

Poco a poco
se van asentando los colores
del otoño.
Poco a poco van marchando
las luces del verano
(no hace mucho nuestros ojos
aún eran heridos por los soles).

Yayo, los frutos de los campos
que trabajaste van madurando:
uvas en la viña de los abuelos;
higas en higueras escondidas
en ribazos secretos;
almendras que ya han abierto
sus pellejos de esmeralda;
royas manzanicas;
perfumados membrillos amarillos;
suaves tesoros resplandeciendo
en vergeles y huertos.

Las venas de la sagrada
Tierra hacen donación, al fin,
de sus días como ofrenda:
todos los dolores,
todos los gozos, todos los soles,
sequías, tronadas, nieblas,
todas las lluvias,
todas las rosadas,
todas las calladas
oraciones de los labradores
se han vuelto fruto,
soleada agua madura, sublimada.

Yayo, qué bonicos ahora
tus campos en este otoño
que está creciendo;
contempla el milagro naciendo.
Sobre esta plenitud
he aquí lo que yo también te ofrezco
como otro fruto de este tiempo:
mi recuerdo, las palabras
que tú amaste y que yo
continúo queriendo,
hablando todavía en el silencio,
las palabras que son el canto sagrado
de este Aragón nuestro.
¿Oyes yayo desde el cielo?,
ahora el viento lo está cantando
entre las hojas que desde lo alto
nos van dejando, sobre los campos viejos
que pisaste, que voy pisando.

Y una ramica de olivera
también te dejo
sobre la mesa de tu corazón,
una ramica bien llena de redondicas
perlas verdes, que hace muy poco
aún estaban en flor; son olivicas
del último impelte que plantaste;
ya creció, se hizo grande.

Yayo, aquí te dejo hoy
un puñado de la tierra
que yo amo, que tú amaste,
aquí te dejo enteros
mi amor y mi cariño,
aquí sobre los surcos
de los otoños continuaré viviendo
todavía un breve tiempo,
viendo con ojos que no son míos,
viendo con los ojos que me dejaste,
claros como cielos azulísimos,
para amar siempre contigo
sobre los campos siempre vivos,
siempre bonicos, un paraíso
eternamente proclamando primaveras.

Juan Bielsa

Palabra y música

Paisaje en calma

Paraíso de la música

Cuando ya el mundo
esté cansado de palabras
sin danza y sin amor,
vendrá entonces la Palabra.

Pero será ya música. Será
la salvación del mundo.
Cielos más que azules serán
abiertos para siempre,
ya no serán precisas
más parábolas.

Jesús respirará su música,
Jesús enseñará con música,
con palabras danzantes.
Jesús, sembrarás
tu música sobre la Tierra;
la vida crecerá.
Sembrarás canciones
sobre los lechos de la noche,
sembrarás danzas de amor,
ritmos de amor,
mensajes que nacerán como caricias.
Albas terrestres irán ascendiendo
hacia los paraísos de la música.

Jesús, tocarás
con los dedos de tu música
heridas y tristezas. Sanará
el mundo. Nacerá
el árbol de la vida en los altos
paisajes hermosísimos. Brotarán
alegres aguas desde el jardín
secreto, gotas cantarán.
Hablará todo
en el idioma de la música.

Jesús, el mundo vivió en sombra
en este mundo de palabras no danzantes,
nuestras palabras no acabaron nunca
con el odio y la desesperanza.

Pero tú vendrás, atravesarás
la noche con tu Palabra de amor,
con tu música de amor, besarás
con tus labios corazones.

Jesús, cuando ya los trigos
estén prestos para la cosecha,
cuando ya todo reclame
una belleza sin mentira, caminarás
de nuevo sobre páramos y sendas
de una nueva Galilea. Serán
segados con compasión los campos.
Será todo perdón.
Será un canto cotidiano
todo amor.

Señor,
cuando ya el mundo esté cansado
de palabras sin ritmo y sin encanto,
vendrá entonces tu Palabra
sobre la Tierra, danzará
sobre el tiempo y los espacios,
recogerás todas tus luces, subirán
a ti como una estrella, brillarán
cielos sin engaño
en cada corazón,
se abrirá el sagrado
paraíso de la música.

Juan Bielsa

martes, 19 de octubre de 2010

Poesía en español

Sembraré en el cielo

En bosques nuevos
más allá de estos yermos,
en mares vivos
que no seque el tiempo,
en soles que no sean extinguidos
por el frío
sembraré mi anhelo.
Sembraré mis rosas
en el cielo.

En nubes de ilusión
que contemplábamos de niños,
en voces bellas de seres
que tanto quisimos
y que jamás se han ido,
en crepúsculos orantes
que jamás fueron hundidos,
en lluvias altísimas
que nos llevan en sus ríos,
en aquello que jamás quede marchito
tras la vida
y que nunca exista
para un hosco vacío
sembraré deseos y suspiros.

Sembraré mi fe, mis pasos
en un dios que sea compasivo
y que al final explique,
si es posible, el inexplicable
mundo en que vivimos,
estos universos ardientes
y quemados.
Sembraré el sentido
de mis días en aquello
donde no pueda hacer su nido
la sombra carroñera del escarnio.

Amor mío, amor lejano,
tal vez perdido,
tú sabes bien que así te quiero,
sin dolor y hermosa para siempre
en galaxias de verdad y de cariño.
Amor mío, amor sin dueño,
mis besos sembraré sobre tus labios,
mi corazón, si es tu deseo, tendido
estará, cuando quieras, a tu lado,
acariciante; hermosísimo
será nuestro jardín celeste,
sonrientes las flores del amor
eternamente;
tu voz será una fuente
brotando de seguro manantío,
silenciosas canciones de frescor
brotarán bajo soles que no mueren,
inundando tu rostro de una luz
sin más edad que el infinito.

Amor mío,
ojalá el fruto de tu vientre
no sea nunca herido mortalmente
por el frío,
por la mano afilada del bandido,
que no sea nunca barco hundido,
que no sea carne de dolor y humo
ofrecida en un altar de angustia
en horrible sacrificio.

Amor mío, amor mío,
que no sea nunca
el fruto de tu alma, el fruto
de tu amor, luz que un helado olvido
apague con su nada, camino perdido
sobre el fango, ceniza de amor
sin redención, ciego navío
hacia mares y mundos sin sentido.
Amor mío, que sea tu fruto
en el jardín sin fin un feliz niño
en paz, contemplando en idilio,
finalmente, la Belleza.

Juan Bielsa

miércoles, 11 de agosto de 2010

Poesía

El viento se ha llevado los caminos

Hoy apenas nada, y todo:
el viento se ha llevado los caminos
(las gatas salvajes escuchando
con los ojos).

Hoy: fracaso del orgullo.
El tiempo es una hojica
que ha caído.
Se desprendió del árbol
de sus sueños, se ha ido
sin apenas un murmullo
hacia otros mundos.

Hoy las nubes intentando,
con sus vuelos,
ocultar un sol sin brillo.
De repente los bosques,
junto a todos mis amigos,
se hicieron más que viejos.

Ya lo sé: tomaré con ambas manos
la luz de mi destino,
en el hogar el fuego
aún está encendido,
acariciando.

Hoy todo cambiando,
todo esperando:
día de frío
y de renacimiento; las heridas
son nada y silencio, cálido nido
allá en lo alto.

Juan Bielsa

domingo, 11 de julio de 2010

Poesía en castellano

Lengua de tierra

Lengua de tierra,
tan áspera y dura,
¿qué podrán hacer
los poetas
para embellecerte,
para adornarte,
para que levantes tu mirada
hacia lo alto, hacia lo hermoso?

Lengua de tierra
con palabras
demasiado ardientes, quemadoras,
palabras que abrasan
los dulces corazones,
¿qué podrán hacer las flores
para perfumar tus voces,
ese jardín tuyo oscurecido?

Lengua de tierra,
ojalá te den su aliento de amor
versos y músicas de hombres
y mujeres de Poesía,
de belleza.

Lengua de tierra,
¿qué podrán hacer
los poetas para que el cielo
descienda a tu tristeza?

Lengua de tierra,
ojalá acojas en tu seno algún día
toda la juventud del infinito
y la humildad divina,
la voz de aquellos
que siempre han cantado
sin espadas.
Que se eleven
tus voces en sus labios.
Que te den con ambas manos
su agua pura,
que te alivien la sed, la sequedad,
que te den sus caricias de inocencia,
que te arranquen tus violencias,
que te limpien tus penumbras.

Lengua, lengua de tierra,
tan áspera y dura,
deja que hombres y mujeres
en amor
te impregnen del perfume de sus rosas,
del aroma del bien y del perdón,
de la ascendente semilla
del espíritu.
Ojalá en ti crezcan mañana,
lengua de tierra,
las bellas florecicas de un buen Dios.

Juan Bielsa

viernes, 4 de junio de 2010

Poesía en castellano

El propio camino

Y bien, ya dediqué
demasiados días a lo inútil.

Y bien, ya me pesan
como un fardo absurdo
sobre el alma
los días que perdí
por caminos ajenos,
mal guiado
_tendré piedad de mí.

Y bien, ya me he cansado
de dilapidar la vida, la esperanza,
buscando sólo los tesoros falsos,
todo aquello que aparentemente refulgía
y que al cabo era un ardid;
joyas sin valor, espejismos, árbol
sin frutos, sin raíz.

Digo: "siento que aborrecí
en esos días
el más bello sendero".
Siento que ahora lo entreveo
y lo he ganado
_pasos incipientes sobre Ti_,
ahora que desnudo ya vislumbro
el límite de los crepúsculos rojos,
el vacío del horizonte en que creí,
el fin de la confusión y de todo
aquello que parecía ser hermoso
y que únicamente era máscara
del tiempo, de la nada
el más vano perfil.

Y bien, arrojé durante tantos años
mis más acariciados sueños
a las sombras... No escuché, no vi,
no sentí aquello que merecía
ser escuchado y sentido y visto,
el lenguaje y la cara de mil
luces de la sagrada poesía,
la flor eterna del corazón.
Me extravié en el laberinto, me descubrí
engañado una y otra vez;
no comprendí el sentido
de la vida, su oración;
de lo que soy bien poco fui;
¿acaso supe, confundido,
qué era ser feliz?

Y bien, ahora lo lamento.
¡Cuánto, cuánto me pesa
todo el tiempo que perdí!
Ahora digo: "éste es el camino,
la paz y la alegría y el descanso".
Y bien, ahora sí,
ahora acabó todo o todo
ha comenzado.
Y me voy adentrando _de regreso_
en el sendero sin más fin
que el infinito,
buscando la distancia más corta
hacia mí mismo,
la casa que busqué, los bellísimos
paisajes que anhelé,
y que siempre en mí
habitaron, sin embargo.

Juan Bielsa

jueves, 25 de marzo de 2010

Poema: Desde la Tierra

Desde la Tierra

Señor mío,
¿qué provocó esta insondable
catástrofe del mundo,
esta caída
en la sombra de los seres creados,
obligados a vivir sobre el fuego y el hielo
y el fango (Tierra de escarnio)?

Señor, ¿no sientes los océanos
sin orillas del dolor,
sus gigantescas, frías
olas batiendo en cada ser:
temblorosos corazones, anegadas voces,
pieles desgarradas, nublados ojos,
carnes y almas prendidas a todos
los cuchillos del horror?

Señor mío, ¿no te apiadas
de los seres terrestres,
obligados a sobrevivir arrastrados
sobre el cieno,
destruyendo a otros seres
y siendo destruidos a su vez,
muriendo solos,
ahogados en el pozo
hondísimo del pánico
(paz y luz destruidas),
sin una oración,
sin una mirada compasiva?

Señor mío, aquí estamos,
aquí están tus seres
sobre esta Tierra en sombra,
aquí estamos, encerrados
cada uno en nuestra gavia,
con ojos hundidos en el terror,
siendo contemplados por el cazador
que nos atrapó con diabólicas trampas,
y que ahora nos va mostrando con jactancia
(trofeo hecho de carne y de dolor)
a todos sus compañeros de la muerte.

Señor, ¿verdad que nos ves
en nuestras jaulas, sufrientes,
hundidos en la tierra
de la desesperanza, verdad
que contemplas nuestra vidas
descendidas a los abismos
de la angustia, verdad
que ves nuestros hoscos
universos?

Señor, señor, sólo nos queda
el horizonte de tu piedad,
sólo tu amor y tu promesa,
sólo el árbol de tu ciencia y de tu vida,
nuevos cielos, paraísos de bondad,
sin más tierras gélidas o ardientes
para las almas de los seres,
sin más prisiones en la simas
de un sufrimiento incomprendido,
más allá de las noches terrestres.

Señor, sólo nos quedan tus caminos
y tu primavera, la victoria
del país de la belleza y del espíritu,
allá donde existen nuevas albas
sin tacha y sin mentiras,
donde sólo se extienden, infinitas,
tu luz, tu compasión,
tus campiñas, tus montañas,
tus moradas bellísimas,
tu perdón, nuestra oración
_contemplación_,
tu eterno día.

Juan Bielsa

lunes, 8 de marzo de 2010

Poesía traducida del aragonés

Sagrado paisaje - Fotografía de Juan Bielsa

Sol y nubes

Sagrado paisaje

El olvido creciese como venas
del campo carnal que soy.
Sangre viniese en corrientes
tranquilas, en espacios.

Ya no puedo impulsar muertes
desde mi sueño alto,
como soledad que sólo va encontrando
riberas desérticas.

La noche viniese, y el día
apareciese después en la ventana
con la cara de un niño.

Ya no puedo seguir arrancando
las reglas o raíces de este único
juego que conozco. Ya no puedo
fijar más palabras huecas al paisaje,
a su cuerpo hermoso y limpio.

Como niño que se ha ensuciado
el alma con tierra y barro,
así veo ahora mi casa
rebosante de silencio, de existencia:
las estancias pintadas de azules altos,
las mesas que son árboles,
amplísimas ventanas abriéndose
de par en par como sexos a nubes
que viajan (juegos blancos deshacién-
dose, rehaciéndose)
eternamente danzando.

Hablaré hoy en los caminos,
con palabras que son carne terrosa,
con hombres que son simiente y surcos.
Observaré con mimo el ombligo sagrado
de los campos. No querría romper
su sueño, no deseo
que su mirada me despierte.

Observaré con mimo,
sin pretender tocarlos
ni deshacerlos, los calmos
paisajes frondosos
junto a los frutos del olvido.

Juan Bielsa

Nota.- Poema originalmente escrito en aragonés y traducido al castellano por el mismo autor. Fue publicado con anterioridad en 1990 en "Antolochía", libro que recopila una pequeña parte de mi poesía. Fue editado por la asociación L'Albada de La Almunia de Doña Godina (Zaragoza), contando con una muy interesante introducción crítica de Paz Ríos.

Si deseas leer el poema en su versión original en aragonés, puedes hacerlo haciendo clic en este enlace: Viella poesía en aragonés común.

martes, 2 de febrero de 2010

Prosa poética

Cosecha de palabras

Ahora es mejor escuchar. Ahora es mejor que las palabras tengan vida propia, que nazcan del centro mismo de la justicia. Que viajen al mundo rojizo donde reza el crepúsculo. Las palabras son pájaros en un libro de horizontes. Marchad, palabras, como algo vivo, supremamente rugientes, al encuentro de los vientos y el púrpura. Teñíos de alegrías y remordimientos, revolcaos en la hierba y en el barro, convivid con el dolor y el fracaso de los corazones por un tiempo. Palabras de sangre ahora, después inmaculadas, cansaos en estas horas como niños jugando… Conoced un silencio que no conoció vuestro misterio. Entreteneos en el mundo, sed como vagabundos recorriendo sendas de piedra o polvo, ensuciaos ahora con la tierra y las luces breves, jugad y sufrid con las cosas antes de que vuestra simiente se despliegue, antes de que vuestra luz ciegue estos caminos.

Algún día las palabras cambiarán el mundo. Palabras vendrán desde el país más grande y más cercano. Las palabras serán entonces más poderosas que gigantescos meteoritos devorando planetas. Acoged, palabras, todas las promesas, toda la luz, todo el amor en vuestro regazo, como provisión para una colisión contra las sombras. Cuando llegue el momento sin límites, vuestro vientre entregará un alba que disolverá tristezas de siglos infinitos, seréis el amor con manos suaves, seréis alegría como la más esperada de las lluvias, seréis brisa de eternos mares.

Palabras, dibujad las sendas, delimitad los mapas sin fronteras por los que ha de transitar la única existencia. Purificad el agua de todos los jardines en el alma; liberaréis las divinas semillas atrapadas en el cieno. Sois altísimas; recogeréis vuestros ecos hundidos en los abismos, secaréis últimas lágrimas, recogeréis todo aquel fruto que os pertenezca. Llega la estación de vuestra cosecha. Trabajaréis en el gran día como enviadas del único amor. Palabras, laboraréis pronto en los campos maduros y quemados, sois el camino hacia la casa tras todos los trabajos; derramaos ya por las hazas con hoces de justicia. Oh palabras, iluminaréis el tesoro del cielo con doradas, infinitas gavillas de corazones en retorno.

Juan Bielsa

sábado, 23 de enero de 2010

Poema: Único amigo

Único amigo

¿Qué nos haces ver, mundo,
qué nos desvelas? Nos muestras
el dolor en todo,
finalmente el engaño escondido,
agazapado, tras la luz hechicera
de las cosas sin alma.

Tras andar
tantos caminos en la niebla,
¿qué nos espera,
quién nos aguarda,
qué cosecha sostenemos,
al final, sobre la palma
de la mano?

¿Qué amigo nos queda
al llegar a los límites
del tiempo?
¿Quién resistió las pruebas
del amor y la esperanza?

Dios es el único amigo,
la única verdad
que vence hechizos y apariencias,
es el amor sobreviviente,
es el Alma que nos ama,
es el único apoyo, la única confianza
que sostuvo su promesa
y su palabra,
es el gran Camino que quedó
cuando desaparecieron con el alba,
como humo, falsas sendas.

¿Qué nos enseñas, mundo,
con tus robos, espejos, espinas,
con tu falsísima careta
ocultando horrores y mentiras?
No nos engañes más.
Dios es el único amigo,
es lo único que queda
cuando todo y todos ya se han ido,
es la única caricia,
amor y paraíso,
cuando todos los navíos
naufragaron ya en el mar.

Juan Bielsa

sábado, 16 de enero de 2010

Poema traducido del castellano-aragonés

Infinito instante

En reinos de desvanes
viven gatas sin tiempo,
y soldados de fantasía,
y canciones de pájaros y músicas
de otros mundos _coloreados planetas_,
luces y estrellicas
en universos que siempre sueñan.
En desvanes del cielo
viven viejos muñecos que acarician
soles de atardecer
lentamente, viven páginas
de libros que el viento
va pasando _manos frías_
rápido al azar, como jugando,
o algún poeta
detenido en el tiempo
también _como las gatas_
va mirando mapas
de países que no existen,
que jamás han existido;
atalayas de silencio, calma
en instante infinito.

Juan Bielsa

El poema "Infinito instante" es una traducción al castellano de mi poema "Infinito inte", escrito originalmente en castellano-aragonés.

El castellano-aragonés es mi lengua materna y marcó profundísimamente mi infancia. Para mí, esta modalidad lingüística definía el alma y el carácter de las gentes de las comarcas del Bajo Aragón Histórico, y particularmente de la de Andorra-Sierra de Arcos (que es donde mejor se conservaba).

El castellano-aragonés constituye un patrimonio lingüístico riquísimo que muchas personas usaban de modo habitual y que poco a poco va quedando relegado a las generaciones más viejas, desapareciendo ante la presión del español oficial y estándar.

Si deseas leer el poema en su versión original en castellano-aragonés, puedes hacerlo haciendo clic en este enlace: Infinito inte.

Poema de amor

Elegancia

Elegancia
© Revista WOMAN

Donde el amor no muere

Todo amor es para siempre,
todo amor eternamente vive
en un Amor sin tiempo.

Amor mío, amor mío,
te veo en horizontes, en cielos,
sobre sagrados montes,
en el alto espacio
donde brilla una luz
ajena a vanos sufrimientos,
sobre las tierras que una vez
amamos aquí, entrelazados.

Todo amor es para siempre,
todo amor verdadero
eternamente está amando.
Todo amor forma parte
de un Amor entero.

Amor mío, amor mío,
si quieres, podemos
ahora viajar hasta el infinito,
podemos
en un místico beso
sin instantes
unir dos corazones,
contemplar todos los sueños.

Amor mío, veo
ahora tus ojos,
cómo van deshaciendo
el rocío en mi mirada,
cómo tu alba apunta
sus rosas sobre mi planeta
sin luz, cómo romeros, lavandas
azules van esparciendo
caricias de mujer, suprema elegancia,
sobre los campos de frescor
en la mañana,
cómo van creciendo
en vuelo hacia mi alma
perfumes de tu cielo.

Amor mío, vierto
en el sagrado cuenco
de la esperanza
las femeninas caricias
de tus estrellas altas,
y sé, sé bien ahora
que en universos de misterios
existen paraísos.

Amor mío, amor mío, veo
tus jardines, las sagradas aguas
que ciñen tu morada,
los hermosos paisajes
donde vive la pura libertad,
todo lo bello, el eterno
fruto sin mácula
de la más compasiva y encumbrada
primavera,
amor mío, amor mío,
donde vivir para siempre,
donde tu amor me aguarda,
donde el amor no muere.

Juan Bielsa

martes, 12 de enero de 2010

Poesía femenina

Fotografía: revista Woman

Feminidad
© Revista WOMAN

Una diosa

Ojalá exista
un mundo delicado y bueno
donde la poesía reine,
donde la belleza crezca
conforme los años crecen.

Ojalá exista una diosa
compasiva, que ofrende
alguna esperanza para el mundo,
con cielos sin mentira que no hielen,
en aciagas mañanas,
los jardines más bellos con sus rosas.

Ojalá exista esa diosa
capaz de borrar con un soplo
el horror de los siglos, espantosos
dioses masculinos que lo llenaron todo
de miseria y espada.

Ojalá exista otra Tierra
allá lejos, donde las almas
y las carnes no vivan destruyéndose,
donde la vida no exija cada día
su tributo de sangre
en el más vil altar,
donde el más pobre, el más débil,
el más bueno, no sea horrendamente
desgarrado, devorado
por la más ruin maldad.

Ojalá, ojalá exista
ese Ser femenino, infinito, esa diosa
que funde algún día, para siempre,
el país de la vida verdadera:
el amor, la belleza, la universal
compasión hacia los seres,
todo el poder y la inocencia
de una bondad que nos libere.

Juan Bielsa