martes, 23 de noviembre de 2010

Poesía en español 45

Fotografía de Juan Bielsa

Gata salvaje

Gata salvaje

Gata salvaje, viviendo
en el fin del mundo,
no conociste nunca
un eslabón de esclavo.
¿Cómo conseguiste
vivir siempre
bien lejos de lo falso?

Gata salvaje, no creíste
jamás en hombre alguno;
tu casa fue tu voluntad.
¿Cómo, sin amo,
siguiendo el aire,
queriendo libre tu destino,
viviste, luchaste?

Gata salvaje que retornas
cuando la tarde cae
o cuando el sol, rojo,
ya se ha ido,
que apareces de pronto, inesperada,
surgiendo del silencio,
o de horizontes de nieblas
o de fríos,
o de las viñas sin uvas,
o de los campos sin trigos
ni cebadas, o de crepúsculos
poéticos que el misterio dibuja,
o de yermos sin caminos,
o de noches sin lunas,
o de campos sin nombre, perdidos,
o tal vez de lo más profundo
de un mundo de bosques,
tal vez habiendo dormido
en casetas sin techo en las noches,
antiguas caseticas de pastores,
surgiendo como voz lejana
de un latir olvidado de mitos
y sueños de infancia,
de un recuerdo infinito
que habita en el centro del alma;
gata salvaje, ¿cómo, cómo
lograste guardar
siempre sin cadenas,
serena en el olvido,
envuelta en la paz
de tu inocencia
como el mayor
de los tesoros poseídos,
tu libertad?

Juan Bielsa

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Poesía en español. Jazz del silencio.

Fotografía de Juan Bielsa

Espiga al atardecer

Spiritual Jazz Band

Hoy
por la tarde,
sesión de jazz única,
con entrada libre y gratuita:
la brisa
actuará tocando el piano
de las espigas.
Acompañando
en la música,
alguna cardelina
y el Silencio infinito.
Esperamos la visita,
si Dios quiere,
de la sagrada Poesía
sobre los trigos.
No faltéis,
os esperamos, amigas,
amigos.

Juan Bielsa

martes, 16 de noviembre de 2010

Poesía en español 44

Fotografía de Juan Bielsa

Flores salvajes

Jardín de la vida

¿Cómo serán
las roseras celestes?

Infinita luz, tú que existes
sin dolor en el jardín
sin taca, dibuja
rosas altas, verdaderas.

¿Cómo serán las lluvias
más allá de estas lluvias?
¿Cómo las aguas sonarán,
danzando, sobre las callejuelas
y los campos en silencio?
¿Cómo serán
los prados más frescos?
¿Cómo los altos montes
irán subiendo
hacia otros cielos?
¿Cómo cantarán, rezando,
los pájaros en los bosques?

¿Cómo será vivir
en un vivir del corazón?
¿Cómo será
todo lo verdadero?

¿Cómo será un Dios bueno
que ame como un padre?
No te encontramos sobre la Tierra,
Amor, ¿dónde estabas?

Encontramos la materia aquí;
era un mal dios:
beneficiaba a los malos
y a los buenos castigaba.

¿Cómo serán los campos
sin lindes ni fronteras,
los horizontes sin escarnio,
los seres sin sufrimiento,
cómo será una libertad plena?

¿Cómo será
caminar por los caminos
sin más tristezas,
más allá de todo engaño?

¿Cómo serán los ríos
de los días sin más lágrimas,
cómo serán los mares
sin naufragios?

...

Dios bueno:
¿cómo serán las luminarias
de tu paraíso
para los ciegos, para los pobres,
para los que no encontraron esperanza
en estos hornos de fuego?

¿Cómo será la poesía
en una divina falsa
en la que el tiempo
sea eterno y el gozo nazca
desde dentro,
en la que la fantasía,
en luz mágica de tardada,
juegue sin deseos?

¿Cómo serán las almas
en flor sin más heladas?

¿Cómo se irán apagando los falsos
universos, las estrellas falsas,
cuando la gran Palabra del amor
sea pronunciada,
cuando amanezca una inmensa
compasión, cuando se desvele
en una buena vía
toda la confianza,
cuando ya sea vencida
toda muerte?

Contempla los mundos: no son más
que vochigas de matacía
tristes, deshinchadas;
los chilos de dolor de las pobres bestias
resonaron en estos infiernos
al alba o muriendo el día.

Las roseras, pansidas las rosas,
ya no son bonicas;
rosas sin edén sobre esta Tierra.
¡Oh ven, ven pronto,
Amor,
jardín de la vida!

Juan Bielsa

Nota.- Se han incluido en el poema "Jardín de la vida" algunas palabras de uso muy extendido en Aragón y que forman parte de mi lengua materna:

Roseras: rosales.
Taca: mancha.
Falsa: desván.
Luminaria: gran luz.
Tardada: Atardecer, y las horas inmediatas que lo preceden.
Vochiga: vejiga del cerdo una vez sacrificado, con la cual, una vez hinchada, jugaban los niños usándola como una pelota; esto último era algo usual, algo en cierto modo ritual en Aragón, que formaba parte del rito general que suponía la matanza del cerdo para todas las familias, el tradicional "mondongo".
Matacía: matanza del cerdo.
Chilos: chillidos, gritos.
Pansidas: secas, marchitas.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Seres queridos

Almendreras tras las lluvias

Almendreras tras las lluvias

Ofrenda de frutos de otoño

Poco a poco
se van asentando los colores
del otoño.
Poco a poco van marchando
las luces del verano
(no hace mucho nuestros ojos
aún eran heridos por los soles).

Yayo, los frutos de los campos
que trabajaste van madurando:
uvas en la viña de los abuelos;
higas en higueras escondidas
en ribazos secretos;
almendras que ya han abierto
sus pellejos de esmeralda;
royas manzanicas;
perfumados membrillos amarillos;
suaves tesoros resplandeciendo
en vergeles y huertos.

Las venas de la sagrada
Tierra hacen donación, al fin,
de sus días como ofrenda:
todos los dolores,
todos los gozos, todos los soles,
sequías, tronadas, nieblas,
todas las lluvias,
todas las rosadas,
todas las calladas
oraciones de los labradores
se han vuelto fruto,
soleada agua madura, sublimada.

Yayo, qué bonicos ahora
tus campos en este otoño
que está creciendo;
contempla el milagro naciendo.
Sobre esta plenitud
he aquí lo que yo también te ofrezco
como otro fruto de este tiempo:
mi recuerdo, las palabras
que tú amaste y que yo
continúo queriendo,
hablando todavía en el silencio,
las palabras que son el canto sagrado
de este Aragón nuestro.
¿Oyes yayo desde el cielo?,
ahora el viento lo está cantando
entre las hojas que desde lo alto
nos van dejando, sobre los campos viejos
que pisaste, que voy pisando.

Y una ramica de olivera
también te dejo
sobre la mesa de tu corazón,
una ramica bien llena de redondicas
perlas verdes, que hace muy poco
aún estaban en flor; son olivicas
del último impelte que plantaste;
ya creció, se hizo grande.

Yayo, aquí te dejo hoy
un puñado de la tierra
que yo amo, que tú amaste,
aquí te dejo enteros
mi amor y mi cariño,
aquí sobre los surcos
de los otoños continuaré viviendo
todavía un breve tiempo,
viendo con ojos que no son míos,
viendo con los ojos que me dejaste,
claros como cielos azulísimos,
para amar siempre contigo
sobre los campos siempre vivos,
siempre bonicos, un paraíso
eternamente proclamando primaveras.

Juan Bielsa

Palabra y música

Paisaje en calma

Paraíso de la música

Cuando ya el mundo
esté cansado de palabras
sin danza y sin amor,
vendrá entonces la Palabra.

Pero será ya música. Será
la salvación del mundo.
Cielos más que azules serán
abiertos para siempre,
ya no serán precisas
más parábolas.

Jesús respirará su música,
Jesús enseñará con música,
con palabras danzantes.
Jesús, sembrarás
tu música sobre la Tierra;
la vida crecerá.
Sembrarás canciones
sobre los lechos de la noche,
sembrarás danzas de amor,
ritmos de amor,
mensajes que nacerán como caricias.
Albas terrestres irán ascendiendo
hacia los paraísos de la música.

Jesús, tocarás
con los dedos de tu música
heridas y tristezas. Sanará
el mundo. Nacerá
el árbol de la vida en los altos
paisajes hermosísimos. Brotarán
alegres aguas desde el jardín
secreto, gotas cantarán.
Hablará todo
en el idioma de la música.

Jesús, el mundo vivió en sombra
en este mundo de palabras no danzantes,
nuestras palabras no acabaron nunca
con el odio y la desesperanza.

Pero tú vendrás, atravesarás
la noche con tu Palabra de amor,
con tu música de amor, besarás
con tus labios corazones.

Jesús, cuando ya los trigos
estén prestos para la cosecha,
cuando ya todo reclame
una belleza sin mentira, caminarás
de nuevo sobre páramos y sendas
de una nueva Galilea. Serán
segados con compasión los campos.
Será todo perdón.
Será un canto cotidiano
todo amor.

Señor,
cuando ya el mundo esté cansado
de palabras sin ritmo y sin encanto,
vendrá entonces tu Palabra
sobre la Tierra, danzará
sobre el tiempo y los espacios,
recogerás todas tus luces, subirán
a ti como una estrella, brillarán
cielos sin engaño
en cada corazón,
se abrirá el sagrado
paraíso de la música.

Juan Bielsa