viernes, 3 de agosto de 2007


P i n c e l a d a

En una pintura zen, un sólo trazo de tinta puede ser suficiente. Un trazo de tinta ejecutado con maestría puede contener un gesto y un mensaje del Espíritu. Una sóla pincelada puede inscribirse, amorosa, sobre el soporte de los fenómenos, puede iluminar días hoscos con un frescor femenino que respira desde el país del Misterio. Se escondió el ego-nube y emergió una luz que ama.

Una pincelada puede ser suficiente.

Suficientes pueden ser unas pocas palabras que hablan desde el fondo.

Suficiente es enfocar la vida en lo que más importa, en aquello que nos une a una Belleza que perdura. Suficiente saber distinguir los caminos que conducen a la vida de aquellos que se adentran en el odio.

Suficiente es sumergirse en un buen libro, suficiente recrear el alma en un paisaje, suficiente puede ser una canción que nos eleva y una danza que hace entrever lo eterno.

Suficiente puede ser una persona a la que amar y que nos ame. Suficiente si su bien es nuestro bien. Suficiente si mutuamente declaramos la libertad en nuestra unión, si mutuamente defendemos nuestra intimidad y todos sus espacios.

Suficientes son caricias que se entregan sinceras, con cariño, en este mundo helado.

Suficiente es una pincelada luminosa, una estrella ofreciendo la vía del corazón en el océano oscuro de las cosas.

Juan Bielsa