jueves, 25 de marzo de 2010

Poema: Desde la Tierra

Desde la Tierra

Señor mío,
¿qué provocó esta insondable
catástrofe del mundo,
esta caída
en la sombra de los seres creados,
obligados a vivir sobre el fuego y el hielo
y el fango (Tierra de escarnio)?

Señor, ¿no sientes los océanos
sin orillas del dolor,
sus gigantescas, frías
olas batiendo en cada ser:
temblorosos corazones, anegadas voces,
pieles desgarradas, nublados ojos,
carnes y almas prendidas a todos
los cuchillos del horror?

Señor mío, ¿no te apiadas
de los seres terrestres,
obligados a sobrevivir arrastrados
sobre el cieno,
destruyendo a otros seres
y siendo destruidos a su vez,
muriendo solos,
ahogados en el pozo
hondísimo del pánico
(paz y luz destruidas),
sin una oración,
sin una mirada compasiva?

Señor mío, aquí estamos,
aquí están tus seres
sobre esta Tierra en sombra,
aquí estamos, encerrados
cada uno en nuestra gavia,
con ojos hundidos en el terror,
siendo contemplados por el cazador
que nos atrapó con diabólicas trampas,
y que ahora nos va mostrando con jactancia
(trofeo hecho de carne y de dolor)
a todos sus compañeros de la muerte.

Señor, ¿verdad que nos ves
en nuestras jaulas, sufrientes,
hundidos en la tierra
de la desesperanza, verdad
que contemplas nuestra vidas
descendidas a los abismos
de la angustia, verdad
que ves nuestros hoscos
universos?

Señor, señor, sólo nos queda
el horizonte de tu piedad,
sólo tu amor y tu promesa,
sólo el árbol de tu ciencia y de tu vida,
nuevos cielos, paraísos de bondad,
sin más tierras gélidas o ardientes
para las almas de los seres,
sin más prisiones en la simas
de un sufrimiento incomprendido,
más allá de las noches terrestres.

Señor, sólo nos quedan tus caminos
y tu primavera, la victoria
del país de la belleza y del espíritu,
allá donde existen nuevas albas
sin tacha y sin mentiras,
donde sólo se extienden, infinitas,
tu luz, tu compasión,
tus campiñas, tus montañas,
tus moradas bellísimas,
tu perdón, nuestra oración
_contemplación_,
tu eterno día.

Juan Bielsa

lunes, 8 de marzo de 2010

Poesía traducida del aragonés

Sagrado paisaje - Fotografía de Juan Bielsa

Sol y nubes

Sagrado paisaje

El olvido creciese como venas
del campo carnal que soy.
Sangre viniese en corrientes
tranquilas, en espacios.

Ya no puedo impulsar muertes
desde mi sueño alto,
como soledad que sólo va encontrando
riberas desérticas.

La noche viniese, y el día
apareciese después en la ventana
con la cara de un niño.

Ya no puedo seguir arrancando
las reglas o raíces de este único
juego que conozco. Ya no puedo
fijar más palabras huecas al paisaje,
a su cuerpo hermoso y limpio.

Como niño que se ha ensuciado
el alma con tierra y barro,
así veo ahora mi casa
rebosante de silencio, de existencia:
las estancias pintadas de azules altos,
las mesas que son árboles,
amplísimas ventanas abriéndose
de par en par como sexos a nubes
que viajan (juegos blancos deshacién-
dose, rehaciéndose)
eternamente danzando.

Hablaré hoy en los caminos,
con palabras que son carne terrosa,
con hombres que son simiente y surcos.
Observaré con mimo el ombligo sagrado
de los campos. No querría romper
su sueño, no deseo
que su mirada me despierte.

Observaré con mimo,
sin pretender tocarlos
ni deshacerlos, los calmos
paisajes frondosos
junto a los frutos del olvido.

Juan Bielsa

Nota.- Poema originalmente escrito en aragonés y traducido al castellano por el mismo autor. Fue publicado con anterioridad en 1990 en "Antolochía", libro que recopila una pequeña parte de mi poesía. Fue editado por la asociación L'Albada de La Almunia de Doña Godina (Zaragoza), contando con una muy interesante introducción crítica de Paz Ríos.

Si deseas leer el poema en su versión original en aragonés, puedes hacerlo haciendo clic en este enlace: Viella poesía en aragonés común.