viernes, 17 de agosto de 2007

 

UN ARTE RENOVADO

En arte, pintar obras estrictamente realistas perdió sin duda buena parte de su sentido al perfeccionarse la fotografía.

Creo que lo mismo puede ocurrir con las obras estrictamente abstractas. La tecnología posee unos mecanismos fabulosos para ofrecernos miles y miles de magníficas creaciones donde la abstracción prima sobre cualquier otra consideración.

Sin embargo, el arte con mayúsculas siempre será necesario, el arte que no aspira a ser una simple copia de la realidad, o que no considera que su función sea exclusivamente actuar como un detonante para una rápida fruición estética, sin más.

El arte que revela lo esencial es urgente. El arte que va más allá de lo banal y lo superficial. Ese arte no se subordina a la engañosa realidad aparente, ni es un juego de luces-fenómenos igualmente vano.

Es urgente redefinir la función del arte contemporáneo. En un mundo donde sobrenadan un sinfín de naderías, un sinfín de propuestas que sólo añaden confusión a la vida, es urgente un arte que proclame un camino válido, una dirección silenciosa hacia la calma y hacia una realidad _profunda_ viable.

El auténtico arte siempre ha apuntado estéticamente, a través de las manos desnudas del artista, hacia una contemplación que descubre mundos más reales y bellos que el que habitamos; ofrece respuestas al absurdo y al caos a través de la concentración en una paz esencial, generadora de espacios y formas y colores sabiamente configurados. Se abren aquí nuevos planetas habitables, bellísimos universos que poblar, más reales y hospitalarios que los universos candentes o helados que contemplan los grandes telescopios.

Es urgente el despertar de un arte que despierte.

Juan Bielsa