miércoles, 30 de abril de 2008

La Alhambra, gran maravilla del mundo

La Alhambra de Granada - Patio de los Leones

Hace ya algún tiempo se realizó en todo el mundo una especie de encuesta popular para elegir las nuevas maravillas del mundo hechas por la mano del hombre, y de entre éstas, la GRAN MARAVILLA.

Debo reconocer que no presté atención a los pormenores de aquel concurso. Sin embargo, sí iba recibiendo información de forma accidental sobre los monumentos elegidos y aquellos otros que iban siendo descartados. Está claro que sólo se trataba de un juego, por cuanto la adjudicación de diferentes categorías no tenía sentido alguno en este caso, tan sólo el de un agradable y sano entretenimiento.

Lógicamente las maravillas "finalistas" fueron las previsibles: las Pirámides de Egipto, la Gran Muralla china, el Taj Mahal, Petra...

Creo recordar que la propuesta que desde España se presentó a este "concurso" fue la Alhambra de Granada, por delante de candidatas como la Sagrada Familia o San Lorenzo de El Escorial, por ejemplo.

Llegó un momento en que perdí el hilo de los acontecimientos en el proceso de elección, y sólo pude recibir informaciones dispersas que no me permiten ahora hablar con certidumbre. Creo que como nueva GRAN MARAVILLA del mundo quedó en primer lugar Petra, en Jordania, pero repito, no estoy seguro. Y creo que incluso la Alhambra no entró a formar parte del reducido grupo de esas maravillas.

Pero, en fin, este pequeño artículo no pretende informar detalladamente sobre aquel evento.

Tan sólo me agradaría sugerir que cada uno de nosotros también podría hacer SU listado con SUS maravillas del mundo. Sería tan sólo un juego, como sin duda no era más que un juego la elección de la que hemos hablado.

En mi caso, como en el caso de cualquier otra persona, hay monumentos que me dejan sin palabras, que me llevan a un terreno donde habita lo excelso, lo sobrenatural. Sería el caso del Taj Mahal, por ejemplo. O de Petra, desde luego. Pero sería también el caso de monumentos más desconocidos para el gran público, como las torres mudéjares de Teruel. Hace bastantes años, viví durante algunos meses en esta ciudad. Y puedo decir que esas torres me cautivaron de una forma indescriptible. Después de pasear por la ciudad, recuerdo cómo siempre acababa mis trayectos junto a ellas, mirándolas extasiado, maravillado por su magia y por su luz.

Cada uno de nosotros tiene unos patrones particulares de belleza. En mi caso, si tuviera que elegir un monumento en todo el mundo que me eleve el espíritu más allá de lo explicable, que reúna en sí toda los paraísos que hemos vivido y que esperamos vivir, éste sería... la Alhambra de Granada. En ella podría resumirse todo lo que me parece bello en esta Tierra, ella representaría el símbolo de todo lo que busco y de todo lo que puedo llegar a amar. La Alhambra tiene Poder interior, es el jardín edénico de la esperanza. Posee la infinita y serena humildad de lo excelso.

La Alhambra representa el paraíso, también para mí, que soy cristiano, pero abierto a toda sincera espiritualidad. También yo podría ser feliz deambulando por los ámbitos celestes de la Alhambra, leyendo meditativamente versículos del Corán, paseando por el Patio de los Leones, reflexionando sobre altas verdades en la Sala de las Dos Hermanas, u oyendo una música de gotas en el Generalife, o contemplando el silencio de las aguas en el Patio de los Arrayanes o en El Partal. Eso sería un anticipo del paraíso, sin duda alguna, un paraíso que es el derecho de nacimiento y el destino para todo ser que ha habitado y habita la Tierra.

Juan Bielsa