viernes, 5 de septiembre de 2008

Carmelo Valero Planas, cantautor

Carmelo Valero Planas

CARMELO VALERO PLANAS
SIN PRETENSIONES, un cd repleto de poesía y belleza
donde se incluye la canción en castellano-aragonés "No saluda"

Carmelo Valero Planas, cantautor nacido en Andorra pero que ya lleva muchos años en la Liguria italiana trabajando como profesor de español, ha publicado un nuevo CD de música, que lleva por título SIN PRETENSIONES.

La trayectoria como cantautor de Carmelo Valero ya es considerablemente larga, con muchos y excelentes trabajos musicales concretados en varios cedés de música. También ha realizado giras musicales por numerosos países; ha cantado entre otros lugares en ciudades y pueblos de Italia, en Estambul, en Kenia, en las islas Maldivas, en Trinidad-Tobago...

Como no podía ser de otra manera, Carmelo Valero ha cantado también en su localidad natal, Andorra de Teruel, en bastantes ocasiones, en conciertos que siempre cuentan con una gran acogida popular. El cantautor andorrano muestra en todo momento una auténtica pasión y un amor gigante por Andorra, la Tierra Baja y por Aragón entero.

En este nuevo CD pueden escucharse canciones tan hermosas como QUISIERA..., RETRATO, RAÍCES, LO QUE ME FALTA, LLÀGRIMES DE TARDOR... En realidad es muy difícil señalar “los mejores” temas del disco, por la excelente calidad de todos ellos, y cada cual puede encontrar sus particulares joyas; algunas canciones tienen un delicado, para mí exquisito, punto romántico (particularmente, éstas son mis preferidas, que escucho una y otra vez sin cansarme), otras un inteligente tono irónico, pero todas comparten el amor por Aragón y la poesía. En realidad Carmelo Valero es un poeta total, un auténtico trovador contemporáneo.

En el CD se incluye la canción NO SALUDA, cuya letra corresponde a un poema mío con el mismo título. Este poema lo escribí originalmente en aragonés común y lo publiqué en la revista FUELLAS, publicada en Huesca por el CONSELLO D’A FABLA ARAGONESA, acompañado de unas hermosas ilustraciones de Francho Nagore, gran poeta, artista y lingüista. Algún año después hice una traducción de este poema al castellano-aragonés (en este caso a un castellano-aragonés muy castellanizado, mucho más que otros poemas míos escritos en esta modalidad). Esta traducción se publicó en CIERZO, revista mensual andorrana.

De esta forma, curiosamente, NO SALUDA sale musicado a la luz pública en castellano-aragonés y no en aragonés común, en que fue escrito el original. Es necesario decir que Carmelo Valero, lógicamente, no habla en aragonés común, pero como un gran número de andorranos ama y emplea siempre que le es posible (ya que reside en Génova) las palabras y giros de nuestra modalidad lingüística particular, tan rica y por desgracia tan en peligro de desaparecer.

En cuanto al balance final del trabajo musical del que estamos hablando, como autor de la letra de una de las canciones, solamente me cabe decir, con la mayor objetividad de la que soy capaz, que el CD es en su conjunto magnífico, para mí sin duda una verdadera joya, un feliz hallazgo, donde Carmelo Valero nos muestra su completa maestría como artista. Solamente es necesario escuchar los temas para poder comprobarlo. Y en lo que respecta a la canción NO SALUDA únicamente puedo decir que es maravillosa, deliciosa, integrándose muy bien con el resto de las composiciones que integran el disco.

Y no es nada fácil que yo pueda explayarme con tal cantidad de elogios, ya que soy extremadamente exigente en todo lo relativo a música y canciones. Cada uno de nosotros tiene sus particulares ideas sobre arte. En mi caso creo profundamente que la POESÍA, la MÚSICA y la DANZA conforman la cima de la belleza y de las realizaciones del género humano, son las reinas sagradas de todas las ARTES.

Más abajo, publico la letra de la canción NO SALUDA tal como aparece en el disco, que solamente añade al poema que publiqué en CIERZO los dos últimos estribillos.

Juan Bielsa

NO SALUDA

Era niño y yaya con tú pasiaba
por los caminos blancoamarillos de Piagordo.
Las calmas rayadas del sol a la tardada
hacían bonicos los recuerdos.
Entonces me icibas amorosa
que calía saludar con una sonrisa, con adioses,
al labrador que volvía
con una jada de sudores al hombro,
u a las mujeres que descansaban un poquico
a lo que remataba la luz,
como en una iglesia del yermo.

(Estribillo) Y yo sonreía y vantaba la manica
haciendo tal como me icibas
pa’ saludar a todos.

Y me icibas querida abuela
en el paseo amarillenco cuajau de tardada
que a los perros abandonaus
y a los gatos perdidos y a culebras
y a los esfardachos gigantes
que atraviesan los caminos
sobre el duro polvo blanquinoso d’esta tierra,
calía de seguida espantá-los
con rabia y piedras.
Me icibas... ¡ay querida yaya buena!
cuando àun estabas con mí y con ellos.

(Estribillo) Y yo sonreía y vantaba la manica
haciendo tal como me icibas
pa’ saludar a todos.

He vuelto hoy a pasiar en silencio
por los caminos de la infancia.
Las colores amarillas son otras
colores amarillas.
El tiempo ha saturau d’imágenes mis ojos.
Días y noches s’han clavau en la carne
como un hierro rusiente.

He vuelto hoy y he saludau
con un crostón d’afecto y pan,
con una sonrisa,
al perro abandonau de ojos cachos,
de ojos dibujando feredá y hambre,
lo he saludau como a un igual sobre esta tierra,
como asoven se saludan los amigos,
como icibas yaya que hiciese con los hombres
l’he dau lo que tenía.

He vuelto hoy y he saludau
con caricias verdaderas,
con las caricias que los hombres quisiesen
y asoven no tienen,
a unos gaticos perdidos y amagaus
entre las espigas verdes de los trigales,
entre el sol cansau y los faraboles de mayo,
y he dejau que sus zarpicas
me subiesen por los pies y por la boca.
La gata desde el camino me miraba
más comprensiva que los humanos,
con la sabiduría que los humanos quisiesen
y asoven no tienen.

(Estribillo) Y yo sonreía y vantaba la manica
haciendo tal como me icibas
pa’ saludar a todos.

He vuelto al fin hacia las casas
ligeramente royiscas sobre los tejaus,
ya cansau,
zarrando a medias los ojos
contra un sol eslanguido.
M’he alpartau y he dejau paso
a unas mujeres y a unos niños
que aprovechaban la ultìma frescor del día.
M’he alpartau maquinal,
dejando el espacio necesario,
contemplando mientras tanto con cansera
la extraña forma penumbrosa de las cosas,
el deseo sulsido de las cosas,
y ya en la honda contemplación
solamente m’ha sorprendido,
solamente m’ha anguniau
la voz d’un niño que ya m’había encontrau,
una voz acusatoria,
un reproche sincero de niño:
“¡No saluda!”