miércoles, 4 de abril de 2012

Poesía: Al final todo

AL FINAL TODO

Al final
todo se lo lleva el diablo.

Las casas construidas
con amor,
los inocentes caminos
que recorrimos en poesía.

Al final todo
se lo lleva el diablo,
riéndose, devorando el mundo
con todo el dolor de los espacios.

Los amores vividos,
hechos de carne,
ya fueron barridos.
Los espejos de instantes
bajo mágicas luces
el tiempo los destruye,
y destruye todos los recuerdos
que con cariño fuimos recogiendo,
uno a uno: leña que se arroja
a un fuego de simas y de angustia.

Al final el diablo triunfa
en este mundo,
el diablo raja los azules cielos
con cuchillos, y los atardeceres
que amamos un día silenciosamente;
el diablo hacia el espanto todo
va arrastrando, pues absolutamente
nada sabe de piedad.

¡Materia, materia falsa, engaño!
Cómo te odio, si supieras
cómo te odio, la amplitud
sin márgenes de mi odio.
Materia, máscara, si yo pudiera
te sumergiría en los abismos
de los pozos infinitos
o en tus lagos detenidos, estancados,
arrojándote a las aguas
putrefactas de tu nada.

Ya lo sé.
El diablo ríe y ríe
y sigue llevándose los amores falsos
para teñirlos de gritos
con su sangre.

Para qué construir aquí
con maloliente barro
y levantar algo con los sueños,
para qué lanzar llanto sobre llanto
hacia una luz
que ya está siendo devorada,
curvada hacia todas las tristezas.

Ojalá fuesen mis ojos ciegos
para el diablo,
ojalá le ofreciese con mis manos
un sinfín de nadas;
nada hago para ti, nada te doy,
ya nunca nada mío
será tuyo.

Para ti, diablo, todos los soles
absurdos, todos los planetas moribundos,
para ti las nebulosas donde
la muerte nace, para ti
la raíz y el crecimiento
del dolor, para ti todo
lo de abajo, lo horroroso,
para ti todo lo falso.

Yo mi barco guiaré hacia otro puerto
en el que nada tuyo existe,
donde nada se construya para ti,
donde no amarren tus navíos,
donde nadie te venere y te alimente,
donde ya nunca aparezcas
con tu escarnio.
¡Materia, materia hosca!
Aquí te ofrezco mi odio y mi desprecio
inabarcables, más amplios
que todos los océanos
de los infinitos universos.
Materia, lejos de ti yo deseo para siempre
mi país y mi Silencio,
yo mi alma quiero para siempre
libre de mentiras, desnuda de ti en todo,
viviendo en la contemplación
de lo sagrado,
ajena a ti, ajena a ti,
allá donde pueda olvidarte eternamente.

Juan Bielsa