martes, 6 de noviembre de 2012

Poema traducido del aragonés

LAS HOJAS CAÍDAS

Llega el último otoño.

Las ilusiones son hojas.

La tristeza hace su nido
en el árbol despojado.
Hay un viejo pájaro
temblando.

Yo recuerdo tiempos pasados,
pero eso ya no importa mucho.

Los dolores duelen mundos,
las pasiones se han clavado
en los corazones,
son pinchos o cuchillos;
yo no sé qué hacer
con este pobre cuerpo
repleto de heridas.

Las hojas de la vida
se extienden sobre la tierra, desoladas,
sin amores.

Y uno querría otra casa posible
donde ser feliz,
otras decisiones en el tiempo,
nuevos días y años,
nuevas albas y vías,
porque hace tanto frío ahora.

Ya no queda más tiempo
en los bolsillos; en los horizontes
las luces se marchitan;
la lluvia llueve adioses.

Y va borrando sin demora
la niebla los recuerdos.
Yo espero todavía,
sin embargo:
poder vivir otra vida
sin errores,
dejarlos olvidados
en los viejos cajones.
Pero ya sólo queda
como amiga
un hada de milagros.

¡Lluvia que acoge
los cielos más lejanos
cuando el día
sin colores tiene sueño!
Lágrimas heridas
nos escriben
en vidrios de ventanas:
boira, cansera, noche,
agua fría.

Una inquietud infinita
turba el silencio;
uno es, entre los pobres,
el más pobre: cierzo muerto
sobre la tierra oscurecida.

El otoño va diciendo adioses
y uno ya no es más que otra hoja
que va volando con la brisa
hacia desconocidos mundos.

El otoño va desnudando
sueños, corazones,
uno a uno;
en el hogar ya sólo quedan las cenizas.
Una lluvia sin días,
tras la ventana,
sobre los campos que tanto amé,
va hablando de cosas
de otro país.

Chuan Chusé Bielsa