martes, 9 de marzo de 2021

ME CONVERTÍ EN SANTUARIO

Ermita de San Macario, en Andorra de Teruel
Foto: Chuan Chusé Bielsa

ME CONVERTÍ EN SANTUARIO

Dentro de mí
he levantado un santuario.

Mis ojos te contemplan,
amor.

Del mundo te llevaste los espejismos,
dentro de mí solo tú permaneces.

Los paisajes de allá afuera
son ya sueños de Yves Tanguy.

Los dolores se vuelven brisas,
solo brilla tu mirada,
la voluntad ya no es mía;
pensamientos y palabras,
sentimientos, todo tú me envías.

Acojo tu luz,
para ti preparo la mesa con ternura,
esa silla es tuya para cuando vengas,
las ventanas abro para que entre tu azul.

Este santuario soy y vacío me presento
para que pueda ser quietud.

Mi oficio es barrer en tu templo,
mirar tu belleza,
llenar esa capilla con recuerdos.

Rosas de rosales de mi yermo
ofrezco en ese altar, flores deshechas
de mi tiempo.

Desaparezco como amador tuyo
para que de mí hagas lo que quieras;
yo para siempre eso deseo.

Esperé inútilmente
los regalos del mundo,
ahora solo a ti te espero;
en la noche solo vivo en tus sueños.

Me das alas para ascender en el viento
y comprendo
que vivir es mirar con tus ojos,
es danzar contigo en ese cielo.

Verte es de Dios enamorarse,
es ser de tu amor una parte,
jardín de abril en el país de los niños.

Me hice santuario
para honrarte y amarte de continuo.

© Chuan Chusé Bielsa