Gata salvaje
Gata salvaje
Gata salvaje, viviendo
en el fin del mundo,
no conociste nunca
un eslabón de esclavo.
¿Cómo conseguiste
vivir siempre
bien lejos de lo falso?
Gata salvaje, no creíste
jamás en hombre alguno;
tu casa fue tu voluntad.
¿Cómo, sin amo,
siguiendo el aire,
queriendo libre tu destino,
viviste, luchaste?
Gata salvaje que retornas
cuando la tarde cae
o cuando el sol, rojo,
ya se ha ido,
que apareces de pronto, inesperada,
surgiendo del silencio,
o de horizontes de nieblas
o de fríos,
o de las viñas sin uvas,
o de los campos sin trigos
ni cebadas, o de crepúsculos
poéticos que el misterio dibuja,
o de yermos sin caminos,
o de noches sin lunas,
o de campos sin nombre, perdidos,
o tal vez de lo más profundo
de un mundo de bosques,
tal vez habiendo dormido
en casetas sin techo en las noches,
antiguas caseticas de pastores,
surgiendo como voz lejana
de un latir olvidado de mitos
y sueños de infancia,
de un recuerdo infinito
que habita en el centro del alma;
gata salvaje, ¿cómo, cómo
lograste guardar
siempre sin cadenas,
serena en el olvido,
envuelta en la paz
de tu inocencia
como el mayor
de los tesoros poseídos,
tu libertad?
Juan Bielsa